«La primera imagen que tengo de Carmen pintado es de hace tres años, quizás cuatro, no se, no recuerdo bien el tiempo ya que pasa tan rápido como un suspiro, sin apenas darnos cuenta, hasta que llega alguien y dice: “¡madre mía si ya han pasado cuatro años de aquello!”.Lo que sí recuerdo, como si la estuviese viendo en este preciso instante, es su manera ensoñadora de ver e imaginar las cosas y una mirada como si volase en la nube de su imaginación.

Estaba en su terraza contemplando absorta un maravilloso paisaje nevado con la idea de plasmarlo en su lienzo.
Estudiaba asombrada las formas, los colores, la s ideas que le venían a la mente, como una especie de tormenta creativa o como el título que da nombre a su actual exposición, una eclosión nítida y clara de creación, como si a pesar de haberlo visto montones de veces lo viera con la maravillosa expresión de un niño o alguien que descubre algo por primera vez, esa sensación de novedad que luego ya no vuelves a vivir o lo vives de una manera distinta, pero ya no es nuevo.

La seducción por la luz del mediodía, su manera de combinar los colores, esa manera tan impactante que tiene de dar forma al cristal, tan real que pareciese que puedes tomar la copa o el vaso directamente del cuadro como si cobrase realismo, es desde mi punto de vista maravilloso, aunque cada cual puede opinar lo que crea conveniente, ya se sabe “sobre gustos, y nunca más apropiado, no hay colores”, ¿no creen?.

El mensaje que Carmen nos transmite en su obra es tan subliminal que sin darnos cuenta nos hace desear tener un cuadro suyo.
Hay cuadros que hay que mirar, cuadros que no sabes porqué es como si te llamaran, cuadros, que como en este caso, hay que descubrir.

Ver es un arte difícil, pero aquí más que ver se siente su capacidad tenaz para llevar a cabo todo aquello que se propone. El arte se ve en cada pincelada, que más que su trabajo, es su gran pasión.

Aparte de todo lo dicho anteriormente, la pintura de Carmen es para detenerse, mirarla y sobre todo, descubrirla.

La línea de división entre el ver con los ojos y descubrir con el corazón es tan fina que a veces apenas se diferencian, por eso los creativos son tan escasos y tan especiales, porque cruzan esa fina y delicada línea.

Carmen es una de los pocos que se ha atrevido a cruzarla, esperemos que una vez que lo ha hecho no se detenga en su camino y nos siga deleitando con su extensa y prolífera obra.»

Reyes Fernández Hernández